Clara ha terminado Magisterio en su Zaragoza natal, y ha decidido pasar un verano sin aburrirse. Empalma este campo de trabajo con uno anterior en el que se lo pasó "muy bien", y luego trabajará como monitora con niños, algo que le gusta mucho.
La mañica más delicada nunca se maquilla, pero siempre está preciosa. Amanece una hora antes que el resto, y se enfunda su equipo personal en una mochila como si estuviera en el ejército. En el petate nunca falta su secador rosa de 9 mm y su plancha anti-flequillo perfecto.
Reconoce que la Cuore es una revista pésima, pero en el fondo pasa con ella sus ratos de ocio, descubriendo que las famosas también utilizan los bikinis del año pasado.
En cierta manera es la madre de todos, aunque se transforma en la hija adolescente cuando cae la noche y la verbena empieza. Para volver a su ser toma dos pastillas mágicas (protector e ibuprofeno). Y hablando de magia, esta chica es capaz de analizar la personalidad a través de un árbol, recitándolo con una dulce voz.
Para acabar, el sector femenino quiere agradecer públicamente que pinte tan bien los ojos.
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