lunes, 25 de julio de 2011

Visita a Covadonga.


Tras una noche de karaoke en Santolaya de Cabranes, concretamente en la plaza del Emigrante, amanecimos el sábado para dirigirnos a Covadonga, lo que no sabíamos aún es lo que allí nos esperaba.
Acompañados del grupo Ensinluz que nos guiarían a lo largo de la ruta, anduvimos durante 5 horas por los picos de Europa.
Más de uno se acordó de la familia de los guías durante toda la trayectoria.
Pero aparte del cansancio y todos los obstáculos que durante el camino nos tocaron superar, véase barro hasta las rodillas o caminos empedrados por los que más de uno y de dos se resbaló, tenemos que reconocer que el paisaje es una auténtica maravilla de la naturaleza y siempre mencionando a nuestros compañeros de viaje, más salvajes que nunca, "les vaques y les caballes".
Una vez que unos pocos valientes alcanzamos la Cruz de Pelayo y pudimos disfrutar de unas increíbles vistas de altura, descendimos hacia Covadonga para ver la Basílica de la que tanto hemos oído hablar todos.
Luego, los más atrevidos, arriesgados o locos, como queráis llamarlo, bebieron de la fuente de los 7 caños, lo que significa que en un año, según cuenta la tradición, andaremos de boda.
Allí descansamos y disfrutamos de la vista y de un buen bocadillo.
Y para finalizar el día, visitamos Cangas de Onís, un pueblecito cerca de allí en el que pudimos comprar algunas cosas típicas en la feria Medieval, degustamos algunos quesos y embutidos de la zona, un auténtico manjar entre música y juegos de la época.

De vuelta a casa, sólo queríamos descansar con una merecida cervecita en casa Joselu.

Un beso a todos y hasta el próximo día.

Iago y Julia.


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